Un tiroteo en una fiesta de Halloween en Tampa deja dos muertos y 18 heridos
Dos personas murieron y al menos otras 18 resultaron heridas tras un tiroteo ocurrido la madrugada de este domingo en Tampa, Florida, entre dos grupos que se encontraban en una fiesta de Halloween.
El tiroteo ocurrió poco antes de las 3.00 de la madrugada en Ybor City, en el centro histórico de Tampa, en la costa oeste de Florida y según dijo en una rueda de prensa el jefe del Departamento de Policía de Tampa, Lee Bercaw, comenzó con una disputa entre dos grupos que acabó escalando.
Un hombre murió en el lugar y un segundo falleció en un hospital local, detalló Bercaw, quien además señaló que al menos 18 personas fueron llevadas a un centro médico.
En imágenes publicadas en redes sociales puede verse el inicio de la pelea en plena calle y cómo uno de los participantes parece llevar un arma.
También hay numerosas imágenes de decenas de personas con sus disfraces de Halloween corriendo por la calle y buscando refugio mientras se escuchan disparos.
“Esto nos cambiará para siempre”
Mientras tanto, el epicentro de la tragedia por la epidemia de tiroteos en EU sigue en Lewiston, en Maine, donde el pasado miércoles murieron 18 personas en dos tiroteos cometidos por un sargento en la reserva del Ejército de EU con problemas mentales, quien logró huir de la escena del crimen y apareció muerto en un bosque el sábado, por un disparo autoinfligido..
Después de dos días de encierro, con el terror de pensar que un asesino andaba suelto, los habitantes de la segunda ciudad de Maine (38 mil habitantes) intentan recuperar la calma y comienzan a honrar a los muertos del peor tiroteo del año.
El miércoles por la noche un hombre de 40 años, militar en la reserva, rompió la burbuja de tranquilidad de personas que jugaban a los bolos en la bolera Just-in-time Recreation o a una partida de billar en el Schemengees Bar and Grille y los ciudadanos de Lewiston saben que nada será igual en sus vidas.
Además de los 18 fallecidos, un total de 13 personas resultaron heridas en los dos sucesos, entre ellas un familiar de Sarah, un joven de 16 años que estaba jugando a los bolos y sigue en el hospital.
«Esto nos cambiará para siempre», cuenta Sarah S., vecina de Lisbon, el pueblo a 12 kilómetros de Lewiston donde se encontró el viernes por la noche el cuerpo de Robert Card, en un camión de reciclaje, con un disparo autoinfligido.
«Es indescriptible, realmente no tengo palabras para lo que esto ha sido para nuestra comunidad», afirma casi al borde de las lágrimas, mientras sostiene una vela durante la vigilia que se organizó en Lisbon el sábado por la noche. Fue la primera muestra de duelo colectivo, tres días después de los sucesos.
La de Lewiston no ha sido una tragedia al uso, en la que los ciudadanos se echan a la calle a arropar a las víctimas con flores, velas o mensajes de cariño. Como lo hicieron en Uvalde después del ataque a la escuela primaria Robb (21 muertos) o en Las Vegas, en el festival Route 91 Harvest (59 muertos).
Tras los disparos de Card con su rifle de asalto, mientras se escabullía en un paraje lleno de bosques y ríos, los ciudadanos tuvieron que permanecer dos días encerrados en sus casas, con una sensación de terror desconocida hasta entonces, pero que muchas personas han experimentado en Estados Unidos.
Según la organización Gun Violence Archive, este 2023 ha habido 576 tiroteos masivos, aquellos en los que en un solo incidente hay al menos cuatro personas heridas o muertas, sin incluir al perpetrador.