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A 12 años del ataque en Casino Royale, exigen justicia

A 12 años del ataque al Casino Royale, familiares de algunas de las 52 víctimas que murieron en el atentado se reunieron frente al sitio que ocupó el inmueble para recordarlos, rezar una oración por ellos y nuevamente exigir justicia, pues de 16 procesados, solamente tres tienen sentencia condenatoria en firme, y 13 se encuentran amparados.

Así lo informó Samara Pérez Muñiz, quien aquél trágico día perdió a su hijo Brad Xavier Muraira Pérez, y este viernes llevó al sitio de la sencilla ceremonia luctuosa nueve cajas de cartón que contienen los 72 tomos de actuaciones judiciales y de investigación, que del 25 de agosto de 2011 al 1 de agosto de 2023, se han acumulado en el juzgado primero penal del sistema tradicional, por este caso que hace 12 años estremeció a Nuevo León, a México y al mundo.

Sobre la banqueta marcaron una “A”, en memoria de Alejandro Martínez Sáenz, quien perdió a su padre en el atentado, y era su soporte económico para costear el tratamiento por una enfermedad que lo mantenía en cama con oxigenación, y falleció el último 5 de agosto.

También escribieron una “H”, en homenaje a Héctor Garza Vela, que murió hace tres semanas, sin recibir justicia, por la vía penal con castigo a los culpables, ya que los autores materiales del ataque juegan con la justicia para retrasar los fallos con recursos de amparo, ni en materia de reparación de daños.

Pérez Muñiz exigió a las autoridades si Carlos Alejandro Salinas Martínez, presunto dueño del predio donde estaba el Casino Royale, cuenta con permisos y cumple los requisitos para tener ahora en ese sitio un negocio relacionado con la industria de la construcción, “porque no queremos que vuelva a pasar una tragedia”.

Afirmó que hoy Nuevo León está viviendo tiempos de violencia similares a los de 2011. Hay otra vez masacres masivas, colgados, extorsiones y cobros de piso. Quién garantiza que no vuelvan a extorsionarlo y atacar su negocio, preguntó Pérez Muñiz.

A 12 años de la tragedia, llevaron flores, veladoras, rezaron una oración y renovaron calcomanías con los nombres de las víctimas sobre las cruces.

Se observó que cada vez acuden menos familiares de los fallecidos, algunos han muerto esperando justicia y otros son afectados por el desaliento. Estuvieron acompañados por personal de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y de la Comisión Estatal de Atención a Víctimas.

Ambas instituciones, junto con la CNDH y las familias, trabajan en un proyecto para erigir un memorial vivo, para recordar a todas las víctimas de la violencia que afecta a Nuevo León desde hace más de 10 años. Se edificaría en un predio que hoy es área verde y se localiza entre Zaragoza y Juan I. Ramón, en el centro de Monterrey.